Este cuadro forma pareja con el anterior paisaje Naïf.
Aquí la autora ha querido resaltar los colores que más le gustaban a su hija y los ha fusionado en este paisaje alegre, dinámico y luminoso.
El sol, tenue, aparece en un cielo semi nublado.
Las ramas secas, con sus nidos y el incipiente verde en la tierra vienen a inspirarnos en una época del año, los primeros meses, en donde la naturaleza empieza su despertar.